Honor y Fama.

Si las musas hoy marchan, llora ahí mi deshonor

Se estremece mi cincel, si no te percibo amor,

Incienso de sándalo, sin vos mi alma tiembla

 Desnudo gozoso voy, camino entre la niebla.

Jugaría las partidas, en esperanzas puestas,

 Mis peones ilusionados, luchan por ganar las gestas.

 Mil momentos dolosos, compensaron tus besos

 Cincelando  esperanzas, adornando recuerdos,
Careado al palco real, tiran grandes cristales

 Van fumando ilusiones, exhalando los males.

 Muere mísera vida, piedra de corazones

Enciendo hoy las velas, clamando los albores.

Sueño con los recuerdos, tul hijodalgo moaré

 Rapido paso llano, el horizonte otearé

Arropado  sudario, de todos mis renglones.

Anuncian las banderas, pendular de blasones

Glorias perdidas antes, celebro hoy mis laudes,

Sabía sea tu palabra, honra alta corones,   

Escucha  alaridos, rozan el baile vacío,

Demencia de los vivos, se cierne en el gentíl
Enterrar la historia, camino del olvido,

     Se asusta el ciego, por el rumbo seguido

                                         

    El reloj de la vida, caminando sin prisas 
Con saetas de platino, esférico sin risas

Cementerio de actos, sustos incomprendidos

Por error del destino, no podrá ya vencerme,

 Demasía luz les nubla, burlando sus sentidos.

Se marcharán las horas, si soñaras tenerme

 Burla del minutero, de narices seguido

Por el segundero ya, con vigor perseguido.

Incólume la vida, parece haber sido

Saeta de oro marca, momento  precedido

Detenido el mundo, un sudario extendido

Llanto ante el acto, solo punto seguido

Si serás recordado, por todos precedido

Te espera algo más, respetado olvido. 

 

Fe envidias

Eres la espera inútil, tras cerrarle la puerta

Tú yermo tiempo yace, amurallada la ausencia.

Su ánima será gangrena, tomara  su huerta

Es alma atormentada, apestando  tu vivencia

Ausente está cerrada, apenándolas desnudas

Inútil es tu cancela, soledades  carnudas

Desvelado sueño infame, besar tu piel pura

Que testaruda vida, repujada de luna

Llora el yermo tiempo, gime por la marcha pura

Ojal claro de luna llena, loba de la tuna

Lluvia se benévola, arrastra lejos la ultranza

Difumina silencios, favor de  esperanza

Anhela los cajones, llenos de bellas canciones

El olor de las ropas, envidiando su secreto.

Mientras tanto entregando, villanía de pasiones

Descubriendo palabras, te perdono el asueto

Acaricia hondo la pústula, tempera así la herida

Ciclos de sangre casta, del “Yo te amare” olvida.

Espera ese velo sutil, cerrando la herida

Fructífero el tiempo, nace serena una vida.

Su alma pronto alcanzaste, estaba su leal vega viva

Tormentas de alegrías, desprendiendo luz toda iba

Lisonjas la voluntad, reaviva las pasiones

“Te quiero” no lo olvides, sana mis emociones.

Sereno

Escucha la catedral,  vibrantes  campanadas

Torácicos  violines,  susurrando los  vientos

Son centro de mi pecho,  pupilas  encendidas 

Siente la fuerza,  de mis profundos  sentimientos

Elevan guirnaldas blancas,  al cielo los romeros.

Mozas danzan suntuosas,  escuchando boleros.

Tus manos sujetan, mi dulce  alado  vuelo

El celeste eterno siento,  sagrado misterio

Debajo de mis alas,  un mosaico es el suelo

Fontanas cristalinas,  lunas  de monasterio

Decoran el terreno,  sus rosas encarnadas

Sobre lechos de valles  verdosos  sin cañadas

Jazmines en la mañana, te  rompen  tu sueño

Respiro tu aliento mientras,  tus palabras  bebo.

Parasol veraniego,  nos refresca risueño

Manantial suave, sano  pañuelo  debo

Zarzas muertas de celos, pupilas encendidas

Terciopelo  veneciano, todas son ofendidas

Ambrosia

    Me  tortura la prisa, de consumir mi vida

 Me torturan las sonrisas, de  amargas caricias

Me torturas locura, con tus besos rendida

  Veo caminos soñados, callejas donde me espías

 Vete sol liberto ya, de diabluras sufridas

    Cuidar las mágicas hadas, por Midas ya tentadas

Retiradme de los altos, temiendo egos e infiernos

Lecho de los pecados, dirígeme al cadalso

 Temor de los dédalos, galimatías de canos

  Mira mis sentimientos, devorado por falso

  Respiro liberado, ante faisán matado

Aspillerado destino, voló el jornal cegado

 Partituras kafkianas, cerraduras cambiantes

Puertas de mis palacios, lujosos sus zaguanes

Farolas de mis sentidos, mi carne jovial fue antes

Cándidas las vestades, selectos los ademanes

 Sedas de tus mentiras, camisas de las verdades

Ambrosias de vencidos, yantar por las ánades

Verdor.

Flores son de mi vergel, habitado de blancos,

De Lirios y gardenias, mil colores de flores,

Fragancias  orientales, aromas  estivales,

Chopos de plata brillan, felices acunados,

                                 

Pinos altos sembrados, entre los lilos sosos,

Blancas alegrías preñadas, de claveles  boscosos

                                    

Sauce  llorón que baila,  tintineando las hojas,

Garzas de piedra  ornan,  impávidas las sojas,

Nenúfares  riendo, juegan en las fontanas,

Grácil  el loto gira,   baño  de luces llanas.

                                  

Margaritas naranjas,  violetas encarnadas,

Limonero henchido,  yedras  encaramadas.

                                    

Tonalidad bordada,  paisaje  romántico,

Doncellas  entronadas, por  juglar  valeroso

Jazmín de  brisas viudas,  ababol del pórtico,

¡Viva la primavera! Tomillo oloroso.

                              

Crece vergel  hermoso, lo  bello de su rabal

Carnaval de los lotos, luces de lo  acebal.

Camina

Ve rozando despacio, visita bien la vida,

Acaricia sus deseos, soporta su embestida,

Huele las horas preñadas, descansa el mediodía,

Bebe las alegrías sanas, destierra la rebeldía.

*

Corre por los andenes, captura lo certero,

Aprende del viento, sutil en lo efímero.

*

Vístete de humildad, al ver la sabiduría,

Viste tus galas ricas, rodeado de la hombría,

Despoja lejos riñas, elude siempre mentiras,

Camina presto tu ser, lejos de adipociras.

*

Camina ya hijo, con lección ya sabida,

No retrocedas hoy día, por miedo de la vida.

*

Guarda templada razón, al sinsabor sufrido,

Generosidad al pio, piedad con el manido,

Al ciego se afable, se guardián al chico,

Al altivo se llano, rapaz al hermético.

Gitana

¡Gitana dime la buena ventura!

 Dime que dicen mis manos, lee.

 Niña. Tu vida estar llena de todo, de bueno, de malo,

 de menos bueno y de menos malo.

El reloj

Todas las tardes se sentaba en su mecedora mientras con las agujas iba tricotando aquellos ovillos de lana, contaba en voz baja los puntos de su labor. El reloj de carrillón marcaba las horas. Poco a poco las horas pasaban gracias al dédalo de piezas en funcionamiento de la maquinaria del reloj. Sus cabellos plateados por el paso del tiempo, su piel blanca y suave. Todo lo envolvía un olor a antiguo y madera. La luz entraba por el gran ventanal que había en el lateral derecho del salón.
Un halo de bondad la acariciaba como si estuviese habitada por la dicha y la serenidad queda los años bien vividos. Lentamente iba creciendo su labor en lo que se adivinaba una posible bufanda o la manga de un jersey, el delantero de una chaqueta. Sus gafas descansaban sobre su nariz chata.
Una vez más el carrillón sonó, anuncio las siete de la tarde. Avisaba así de la hora de la merienda y la anciana abandono su labor para ir en busca de la merienda. Como todas las tardes se sirvió una taza de leche con unos frutos secos. Apoyada en la mesa de la cocina recordó el tiempo pasado, las caras de los viejos amigos, los viajes y los recuerdos de antaño. El dédalo de la vida la sumió en una profunda sonrisa.